Un estudio observacional realizado por científicos de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, sugiere que todas las formas de anticoncepción hormonal conlleva a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, que dura aproximadamente cinco años después de que las mujeres dejan de tomarlo.
La posibilidad se conoce desde hace un tiempo, pero se pensó que las presentaciones más recientes, como las que liberan sólo progesterona, serían más seguras. Sin embargo, esta investigación, la más grande de su tipo, descubrió que la píldora combinada, la píldora compuesta por sólo progestina y los productos no orales, como el sistema intrauterino hormonal (DIU), influyen en el aumento del riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Muchas mujeres han creído que los anticonceptivos hormonales más nuevos son mucho más seguros que los tomados por sus madres o abuelas, que tenían dosis más altas de estrógeno. El estudio analizó a 1,8 millones de mujeres danesas, con edades comprendidas entre 15 y 50 años, que fueron seguidas durante 11 años en promedio.
Los especialistas encontraron que el riesgo de cáncer de mama era más alto en las mujeres que usaban la píldora u otras formas de anticoncepción hormonal, incluidos los DIU, durante más tiempo. También fue mayor en las que eran mayores; la mayoría de los casos de cáncer de mama se presentaron en mujeres mayores de 40 años.
Basándose en sus observaciones, los investigadores estiman que por cada 100.000 mujeres, el uso de anticonceptivos hormonales causa 13 casos adicionales de cáncer de seno al año. Es decir, por cada 100.000 mujeres que usan anticonceptivos hormonales, hay 68 casos de cáncer de seno anualmente, en comparación con los 55 casos por año, que se registran entre las mujeres que no usan estos métodos de anticoncepción.
En referencia al estudio, el Dr. David Hunter, del Departamento de Salud Nutricional de Nuffield y autor del estudio, comentó:
“Los pequeños riesgos de la píldora deben contraponerse a los beneficios que aporta, que incluyen no sólo prevenir un embarazo no deseado, sino también las reducciones sustanciales en los riesgos de desarrollar cáncer de ovario, endometrio y colorrectal en la vida posterior, como ha quedado demostrado en estudios previos”.
A pesar de que el riesgo es pequeño, es medible, y si se suman todos los millones de mujeres que toman la píldora, podría terminar representando una preocupación importante para la salud pública.
Al respecto, la Dra. Marisa Weiss, fundadora del sitio web breastcancer.org, señala:
“Este es un estudio importante porque no teníamos idea de cómo las píldoras modernas se comparaban con las píldoras anticuadas en términos de riesgo de cáncer de mama, y no sabíamos nada sobre los DIU. Los ginecólogos simplemente asumieron que una menor dosis hormonal implicaba un menor riesgo de cáncer; sin embargo, el riesgo está ahí.”
A pesar de que el estudio se basó en una muestra poblacional importante, los autores advirtieron que hubo ciertos factores como la actividad física, la lactancia y el consumo de alcohol, que también pueden influir en el riesgo de desarrollar cáncer de mama, y que no pudieron tenerse en cuenta.