Un tema que creíamos ampliamente superado, ha sido últimamente motivo de solicitud de información por parte de nuestras pacientes. Concretamente, querían más información, o aclaramiento de conceptos acerca de la revisión ginecológica de rutina, de cuándo se deben empezar a hacer, en qué deben consistir, con qué periodicidad, etc.
Y ello se debe a que la diferencia entre los consejos de la Medicina Pública, en la que además de los conocimientos científicos, tienen que valorarse los recursos económicos disponibles, proporciona datos, a veces desconcertantes para las mujeres. Intentaremos exponerlos con claridad.
Las revisiones ginecológicas deberían iniciarse cuando suceda alguna de las circunstancias siguientes: Inicio de relaciones sexuales , deseo de conocimiento por parte de la adolescente acerca de normalidad y adecuado desarrollo de su aparato ginecológico, alteraciones menstruales (en aparición, regularidad, molestias, entorpecimiento con su actividad diaria, etc.).Y deberían seguirse con una periodicidad anual, si existe una actividad sexual habitual, si siguen algún tratamiento anticonceptivo, o bien si quieren simplemente establecer una rutina en este aspecto de su salud.
Las revisiones ginecológicas de rutina deberían no interrumpirse nunca, si bien a partir de una edad como puede ser los 60 años, pueden irse distanciando, siempre que no exista una patología actual o anterior que no lo aconseje. En este particular deberían seguirse los consejos personalizados de su ginecólogo. El contenido de dicha revisión, puede ir variando en relación con la edad, paridad, patología existente, o hallazgos en revisiones anteriores. Siempre deberá consistir en una actualización del historial clínico, no sólo ginecológico sino general, y en una exploración clínica ginecológica y de mamas. Si la mujer no sigue ningún control por otros especialistas, no debería olvidarse el control de peso, y la toma de tensión arterial. Debe aprovecharse siempre para evaluar si la mujer sigue un adecuado sistema de planificación familiar, de acuerdo a sus deseos y circunstancias, y en caso contrario poder aconsejarle en las diferentes opciones. Evaluar el riesgo de adquisición de enfermedades de transmisión sexual, y según cada caso establecer un adecuado sistema de detección, o aconsejarle sobre los sistemas de prevención más idóneos.
Fuente: https://gine3.com/es/index.php/blog-inicio/articulos-medicos/articulos-medicos/77-la-revision-ginecologica-de-rutina