Es importante recordar que no son lo mismo los VPH de “alto riesgo” y los de “bajo riesgo”: las verrugas, por ejemplo, son producto de aquellos virus de bajo riesgo y, por ende, no aumentan la probabilidad de generar cáncer.
¿Qué es el virus del papiloma humano?
Los virus del papiloma humano (VPH) son un grupo de alrededor de 200 tipos de virus. Cerca de 40 de estos tienen la capacidad de generar verrugas que aparecen en los genitales y en otras partes del cuerpo. Se transmiten mediante el contacto sexual y están considerados como la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en Estados Unidos.
Por otra parte, cerca de otros 20 virus de esta familia se han relacionado con el desarrollo de diferentes tipos de cáncer. Dada esta diferencia, los tipos de virus que producen las verrugas se han denominado como de “bajo riesgo” y, aquellos que son capaces de causar algunos tipos de cáncer como el de cuello uterino, el de ano, pene, vagina y vulva entre otros, se han considerado de “alto riesgo”.
Cualquier individuo que ha tenido relaciones sexuales puede contraer el VPH. Incluso, se sabe que hasta el 75% de todos los hombres y mujeres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de la vida. Sin embargo, la mayoría no producen síntomas y se resuelven de forma espontánea a tal punto que, cerca del 91% de todas las infecciones se solucionan al cabo de 2 años. Aquellas que no se resuelven en este período y perduran en el tiempo, sin ningún tratamiento, son capaces de generar cambios a nivel celular y en un futuro, la posibilidad de desarrollar un cáncer.
Es importante recordar que no son lo mismo los VPH de “alto riesgo” y los de “bajo riesgo”: las verrugas, por ejemplo, son producto de aquellos virus de bajo riesgo y, por ende, no aumentan la probabilidad de generar cáncer.
Por esta razón, los controles regulares con el médico, el uso de preservativo, la citología vaginal (prueba de Papanicolaou) y los test de detección de VPH, son fundamentales en la salud de la mujer. Mediante estos, es posible detectar precozmente los cambios en las células del cuello uterino para evitar que se transformen en lesiones malignas en un futuro. Asimismo, la vacuna del VPH es de mucha importancia ya que ayuda a prevenir la infección de los tipos más frecuentes de virus, tanto en niños como en niñas y, según algunos investigadores, inclusive puede llegar a ser útil en mujeres adultas.
¿Podría el VPH dificultar mi capacidad de concebir?
Hasta el momento, la evidencia científica respecto a la relación entre el VPH y la fertilidad es contradictoria. Algunas publicaciones científicas sugieren que la infección por este virus podría afectar la calidad y la motilidad del semen en los hombres, el apropiado desarrollo embrionario e incluso, el pronóstico cuando se utilizan técnicas de reproducción asistida como la fertilización in vitro (FIV). No obstante, ninguna de estas relaciones se ha podido demostrar con certeza.
Según algunos investigadores, si el hombre o la mujer han estado infectados con VPH, esto los hace más susceptibles de también haberlo estado de otros organismos, como la chlamydia trachomatis, y esto podría relacionarse con un mayor riesgo de tener las trompas de Falopio obstruidas.
Un estudio publicado este año buscó reunir toda la evidencia científica posible sobre el potencial efecto del VPH sobre la fertilidad. Las conclusiones según los autores deben ser interpretadas con cautela, ya que los estudios encontrados se consideraron de baja calidad. Sin embargo, parecen dar un parte de tranquilidad ya que no hallaron efectos sobre el pronóstico reproductivo en mujeres con el antecedente de VPH y el uso de técnicas como la FIV o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).
Por otra parte, se ha querido investigar la relación entre el VPH y el riesgo de parto prematuro, de aborto u otras complicaciones durante la gravidez, pero hasta el momento no se ha comprobado ningún efecto entre estos.
¿Si tengo VPH el tratamiento podría afectar mi fertilidad?
En algunos casos, luego de la infección por uno de los tipos de virus de “alto riesgo”, se pueden producir cambios en la citología que se denominan lesiones preinvasoras. El tratamiento de estas lesiones puede realizarse de varias formas y variar según cada caso. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen lacrioterapia, la conización con radiofrecuencia y las ablaciones.
Si las lesiones son de gran tamaño y se requiriera una amplia resección, es posible que aumente el riesgo de incompetencia cervical y por ende de parto prematuro o de aborto tardío.
También es posible que se afecte la producción de moco cervical, que está implicado en la adecuada migración de los espermatozoides hacia el útero y posteriormente a las trompas de Falopio, donde se encontrarán con el óvulo. A pesar de, hoy en día los posibles tratamientos tienden a ser conservadores lo que hace poco probable que se presenten complicaciones.
Por otro lado, el tratamiento de las verrugas genitales, causadas por los virus de “bajo riesgo”, no tienen ninguna implicación en la probabilidad de concebir.
Por último, no cabe duda que el VPH podría tener alguna relación con la fertilidad, y aunque es muy poco probable que sea la única causa, son indispensable los controles regulares con el médico, el uso de preservativo, los hábitos sexuales saludables, la vacunación contra el VPH, la citología vaginal (prueba de Papanicolaou) y los test de detección de VPH.