«Una mujer debe llegar virgen al matrimonio. Las sábanas tienen que mancharse con sangre después de la primera noche con su esposo. Si no, será señalada de inmoral». Mínimo alguna vez has escuchado esto, que en pleno siglo XXI, se continúa repitiendo.
El himen (así como el clítoris) es una parte del cuerpo femenino que está cargada de mitos y desinformación. Si alguna vez te has preguntado exactamente qué es el himen y por qué la sociedad le da tanta importancia, esta información te será de utilidad.
¿Qué es el himen? ¿Qué hace?
El himen es una membrana que se localiza en la entrada exterior de la vagina. Este tejido suele tener una o varias aberturas para permitir la salida del flujo menstrual. Aunque la forma del himen varía de mujer a mujer, por lo general se identifican cuatro tipos de hímenes:
- El anular, que sólo tiene una abertura.
- El septado, que presenta dos aberturas o más de dos.
- El imperforado, que está completamente sellado.
- El microperforado, cuya única abertura es más pequeña de lo usual.
Aunque también existen clasificaciones de acuerdo con la forma de la abertura (como larga o en forma de media luna), la clasificación expuesta por SexInfo Online nos permite comprender que no todos los hímenes son iguales. Tampoco en sus características físicas, porque tanto el grosor como la flexibilidad varían entre personas.
En el caso del imperforado o microperforado, las mujeres deben visitar al ginecólogo para que este corte una abertura para que la menstruación salga.
La función que desempeña el himen todavía es un misterio para la ciencia. Como mencionó la Universidad de California, una hipótesis es que existe para proteger la entrada de la vagina durante los primeros años de vida de las mujeres.
Aunque aún no se descubre su función biológica, las propuestas tienden a girar en a la protección de los genitales femeninos ante agentes externos. A pesar de ello, en la sociedad se suele creer que el himen cumple una función sexual, que sirve para comprobar la virginidad y «pureza» de las mujeres. Pero la realidad está muy lejos de dicho camino.
El himen y la virginidad
En diversas culturas, se cree que un himen intacto es símbolo de fidelidad y castidad. La realidad, es un mito que el himen siempre se rompa cuando una mujer tiene su primera relación sexual. Como asegura el especialista en sexualidad, Michael Castleman, el himen se puede rasgar tanto por motivos sexuales como no sexuales. Auto-exploración, masturbación, actividad física, mientras se limpia la zona o incluso durante una caminata. La abertura puede agrandarse por diversos factores, no sólo debido al coito.
Es más, a veces ni siquiera la penetración con el pene logra romperlo (es decir, ni siquiera TIENE que hacerlo). Según la Fundación Médica de Palo Alto, con una buena lubricación y suficiente relajación, la entrada del himen puede estirarse, lo que permite la relación sexual sin necesidad de un desgarro. Incluso después del parto, pueden permanecer algunos restos de la membrana, como mencionó la Universidad de California.
Por ello también es falso que «la primera vez» siempre duela por la ruptura del himen. Michael Castleman explicó que tanto el dolor como el sangrado también se deben a la falta de lubricante y a los nervios, ya sean desencadenados por un encuentro no consensual o simplemente a no sentirse preparadas aún. A eso también se aúna que algunos hombres piensan que la penetración debe ser rápida y ruda, como en la pornografía, lo cual puede llegar a lastimar. El dolor y la sangre no son sinónimos de castidad.
Los humanos no son los únicos mamíferos que cuentan con un himen. Las hembras de otros animales como los elefantes y los manatíes también lo presentan. A pesar de que tener un himen abierto es natural, la presión que sienten algunas mujeres antes la idea de «preservar la virginidad» las lleva a buscar procedimientos quirúrgicos.
La himenorrafia (también conocida como himenoplastia) es la cirugía de reconstrucción del himen. Dicha operación es más popular en países de Medio Oriente como Irán, en donde los conservadores son estrictos en relación a que la novia llegue virgen al matrimonio. Un artículo de The Guardian relató que incluso se insertan cápsulas con tinte rojo para que se rompan durante la noche de bodas, para simular el sangrado.
BBC reportó que en China se fabrican hímenes artificiales como una opción más barata a la himenorrafia. Dicho dispositivo despertó la furia de algunas autoridades egipcias al considerarlo como una falta a la moral. Un académico incluso sugirió que, quien adquiriese uno, sea condenado a pena de muerte.
Pareciera irreal que una membrana es capaz de encender conductas tan fuertes, ¿no crees? Pero incluso así, sucede.